El sábado nos reunimos para celebrar el cumpleaños de Hugo. Lo hicimos con una guerra de pistolas Nerf. En uno de los escenarios, los componentes de un equipo hacían de francotiradores. Dispuestos en las gradas del squash, abrían fuego contra el equipo de abajo, que tenía como misión defender su posición y repeler los disparos. En el segundo escenario, la biblioteca se transformaba en un verdadero frente de batalla. Al son de música épica, que daba ambientación a la sala, los contrincantes pudieron demostrar su puntería, su valentía y su capacidad de estrategia de equipo. Al acabar la lucha encarnizada, pudimos disfrutar de una fantástica merienda --a base de pizzas y de una deliciosa tarta de chocolate-- a la que nos invitaron los padres de Hugo. ¡Gracias por todo! Después cantamos a pleno pulmón el cumpleaños feliz a Hugo.
