Os voy a contar un plan. Siete de los mejores hombres del nivel uno de Tempero trataron de formar un comando. Pero no era un comando cualquiera, se trataba de formar parte del mejor comando de todos los tiempos: estamos hablando del comando élite. Se examinaban de su su capacidad de trabajo en equipo, su afán de superación y puntería, su adaptación al medio y su nivel de supervivencia. Diego Martín destacó por su velocidad y valentía, Santi Sagarra por su capacidad de camuflaje y sus intrépidos saltos, Fernando Cebrián por su constancia y tenacidad, Pablo Martínez por su afán de superación, Yago por su adaptación al medio, Rodrigo Villa por su trabajo en equipo y simpatía, y Hernán por su prudencia. Todos ellos llegaron por méritos propios a formar parte del Comando Élite. [La imagen que acompaña a estas líneas no ha sido modificada: es tal cual].
