Una de las cosas más importantes a la hora de cocinar es el orden y, aunque no os lo creáis eso lo hicimos muy bien, puede que sea porque después de tantos viernes de master chef ya son unos expertos, pero el caso es que salió todo muy bien. Nos dividimos el trabajo y mientras uno intentaba no llorar cortando cebolla, otro picaba el ajo, otro cortaba el tomate y otros preparaban las herramientas de cocina. No se nos olvidó poner el ingrediente secreto en la carne, aunque alguno nos pasamos y luego no conseguíamos que la carne se quedase compacta. El resultado fueron unas espectaculares hamburguesas que podrían competir sin ningún problema con las de cualquier hamburguesería. Como terminamos con tiempo decidimos aprovechar para ganar el jubileo pasando por la puerta santa del Santuario por el año de la misericordia y disfrutar del recorrido.
